Sanción a la francesa
Si hubiera escrito ayer, probablemente hubiera dicho muchas barbaridades de las cuales me podría haber arrepentido. Sigo pensándolas, sin duda, pero el tiempo que me he dado para la reflexión intentaré que sirva para dar una opinión coherente. Existe la ensaladilla rusa, la tortilla española y ahora hemos conocido la sanción a la francesa, a la sazón, la sanción patriótica. Los vínculos que unen al presidente de la UEFA con el Olympique de Marsella han servido para fabricar una tropelía de tal calado.
No ha habido ninguna sanción en la historia de la FIFA o de la UEFA en la que se hayan cometido tantas irregularidades y algunas tan graves. En primer lugar, casi reventando uno de los derechos fundamentales de cualquier persona, es que no ha habido un juicio justo, no se han oído a las distintas partes; la UEFA nunca ha pedido la versión oficial del Atlético sobre el tema y sólo ha tomado en cuenta las acusaciones infundadas del presidente marsellés, Pape Diouf. El mismo presidente que oyó gritos racistas, pero que nunca tuvieron constancia ni para el delegado de la UEFA ni para el árbitro que estuvieron en el partido. Las acusaciones de racismo se desmontan aún más con las declaraciones del jugador del Olympique, Hilton: "No, no, la torcida del Atlético no hizo nada".
Sin embargo, la UEFA ha convertido una sanción deportiva en una cuestión de Estado. Arremete directamente contra la Policía Nacional (aunque echa la culpa de ello a los rojiblancos) de provocar los altercados con los ultras marselleses, cuando en este caso actuaron a instancias de la Gendarmería francesa. Como no podía ser de otra forma, este hecho ha provocado la movilización y el apoyo del Ministerio del Interior ante las graves acusaciones con la filtración de un vídeo de seguridad donde se ve una clara agresión de los bárbaros franceses a un policía. Lamentable. ¿Falta de organización? En mi vida, y digo en mi vida, había visto tantos policías a los alrededores del Calderón.
No habría que pedir cuentas sobre todo esto a la UEFA, sino directamente a los altos mandos de la FIFA. Una federación continental no puede auspiciar y proteger los intereses de un grupo de ultras por muy compatriotas que sean. Platini ha demostrado sus intereses patrióticos están por encima de cualquier juramento de imparcialidad. Así que Joseph Blatter debería recoger y comprobar todos los recursos de los que cuenta para fulminar definitivamente como presidente de la UEFA a Michel Platini.
No ha habido ninguna sanción en la historia de la FIFA o de la UEFA en la que se hayan cometido tantas irregularidades y algunas tan graves. En primer lugar, casi reventando uno de los derechos fundamentales de cualquier persona, es que no ha habido un juicio justo, no se han oído a las distintas partes; la UEFA nunca ha pedido la versión oficial del Atlético sobre el tema y sólo ha tomado en cuenta las acusaciones infundadas del presidente marsellés, Pape Diouf. El mismo presidente que oyó gritos racistas, pero que nunca tuvieron constancia ni para el delegado de la UEFA ni para el árbitro que estuvieron en el partido. Las acusaciones de racismo se desmontan aún más con las declaraciones del jugador del Olympique, Hilton: "No, no, la torcida del Atlético no hizo nada".
Sin embargo, la UEFA ha convertido una sanción deportiva en una cuestión de Estado. Arremete directamente contra la Policía Nacional (aunque echa la culpa de ello a los rojiblancos) de provocar los altercados con los ultras marselleses, cuando en este caso actuaron a instancias de la Gendarmería francesa. Como no podía ser de otra forma, este hecho ha provocado la movilización y el apoyo del Ministerio del Interior ante las graves acusaciones con la filtración de un vídeo de seguridad donde se ve una clara agresión de los bárbaros franceses a un policía. Lamentable. ¿Falta de organización? En mi vida, y digo en mi vida, había visto tantos policías a los alrededores del Calderón.
No habría que pedir cuentas sobre todo esto a la UEFA, sino directamente a los altos mandos de la FIFA. Una federación continental no puede auspiciar y proteger los intereses de un grupo de ultras por muy compatriotas que sean. Platini ha demostrado sus intereses patrióticos están por encima de cualquier juramento de imparcialidad. Así que Joseph Blatter debería recoger y comprobar todos los recursos de los que cuenta para fulminar definitivamente como presidente de la UEFA a Michel Platini.
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