Epopeya europea

Tiene cojones. Todos pensamos lo mismo cuando vimos como el gigantón italiano vestido de teutón, Luca Toni, se elevaba más que los centrales getafenses para ahogar la ilusión europea de los nuestros. Nadar para morir a la orilla. 115 minutos a contracorriente (De la Red se fue del partido en el minuto 5) sacando todo el coraje y la garra de un equipo humilde movido por toda la ciudad de Getafe y prácticamente toda España. Cosas de alemanes. Cuánta razón tenía Gary Lineker, ex jugador del Barcelona, cuando definió el fútbol como “ese deporte dónde juegan 22 señores en pantalón corto en un campo de césped, corriendo detrás de un balón y al final del partido siempre ganan los alemanes”.

Los de Laudrup se enfundaron el traje de espartanos para sacar fuerzas de donde no las había para luchar por las semis contra el vasto imperio bávaro. Fuerzas para jugar con diez hombres desde el minuto 5 de juego cuando De la Red abandonó el campo expulsado, tras una falta que sólo podía cometer un centrocampista que juega de central. Manu se tuvo que doblegar tras el inoportuno pinchazo de Uche (otro caído en batalla), hasta que Cosmin Contra, general de la banda este, guió a sus huestes dibujando el camino de la victoria con un gran gol. 89 minutos de batalla no sirvieron para nada, había que sufrir 30 más. Casquero, jefe mayor de artillería, rompió la angustia del Coliseum y Braulio se redimió de su fallo garrafal, apuntillando e hiriendo casi de muerte al gigante alemán. Sólo casi… Si se les da la mínima ocasión, te matan.

Nada podrá empañar el auténtico partidazo que realizó el "Geta". Mereció ganar por méritos, empuje, calidad y juego. El encuentro quedará en el recuerdo de todos los aficionados azulones que estuvieron en el estadio o lo siguieron pegados a la televisión viendo cómo su equipo hacía historia. Una historia que no sólo ha escrito en su libro, también en el gran libro del fútbol español.