Bochorno culé

El F.C.Barcelona ha sufrido esta noche la mayor humillación de los últimos años. El Getafe ha arrollado en la vuelta de las semifinales de la Copa del Rey al equipo blaugrana, al endosarle un 4-0 que sirve para neutralizar el resultado conseguido en la ida por los culés (5-2). El Barça no vivía un partido tan pésimo desde el que le enfrentó en La Rosaleda al Málaga, el 3 de diciembre del 2003, cuando el equipo catalán perdió 5-1. Aquel partido estuvo a punto de costarle el puesto a Frank Rijkaard pero la directiva fue paciente y, al final, terminó la Liga segundo por delante del Real Madrid. Sin embargo, este partido ha sido definitivo para el futuro del entrenador holandés que el año que viene, con total seguridad, no entrenará al Barcelona.

Lo reconozco, me equivoqué, me precipité diciendo que la final sería Sevilla-Barcelona al igual que se equivocó el 90% del mundo. Esperaba ver en el Alfonso Pérez la versión del Barça ganador, un equipo campeón que no pierde la cara a los partidos, y no ver el esperpento de equipo que ha convertido Frank en los últimos partidos, un equipo simplón y previsible. Iniesta y Xavi eran titulares en el papel, porque en el campo no dieron señales de vida; Ronaldinho y Eto´o empezaron a sudar en el minuto 80; Oleguer, Zambrotta y Edmilson formaron un trío de cantes a la altura de los tres tenores regalándole oportunidades a los atacantes azulones; y, mientras tanto, Jorquera y Puyol se tenían que multiplicar para cubrir las vergüenzas de sus compañeros.


Los ataques de entrenador de Rijkaard ya le han costado 3 títulos este año al club catalán: la Intercontinental, la Champions y la Copa. El fin de ciclo del Barça es un hecho, empezando por el entrenador, que da visos de cansancio y no poder domar el vestuario. Eto´o y Ronaldinho no se aguantan y, probablemente, uno de los dos saldrá (apuesto por la marcha de Ronaldinho). Otros jugadores del estilo de Giuly, Edmilson, Deco, parece que no pueden dar más al club. Sin embargo, el Barça tiene todavía donde agarrarse: la juventud de sus estrellas. Iniesta, Messi, Dos Santos, Bojan, apoyados por gente de club como Puyol, Xavi y Valdés, deben sentar las bases de la renovación culé.