El lamentable espectáculo de la Premier

El fútbol nunca dejará de sorprendernos... aunque en ocasiones sea para mal. Una de las ligas más respetadas, y para muchos la mejor del mundo, ha quedado en evidencia y en un completo ridículo por culpa de Mike Jones, el colegiado que arbitró el Sunderland 1-0 Liverpool. Dio por legal un tiro a puerta de Darrent Bent que se coló en la portería de Pepe Reina al desviarlo un balón de playa lanzado desde la grada (precisamente donde estaban los aficionados del Liverpool). La primera vez en la historia del fútbol mundial en la que un objeto externo decide un partido por sí solo.

Algo similar ocurrió en el partido de la FA Cup entre el Sheffield United y el Manchester City: un pase al área iba a ser despejado por Ball el central del City, pero unos globos desviaron el balón para que pudiera marcar a placer Luton Shelton. El nivel del arbitraje inglés en los últimos años es preocupantemente bajo y por ello se han puesto a buscar nuevas fórmulas para solucionar el problema como puede ser la inclusión de árbitros extranjeros. Las críticas sobre los colegiados no hacen más que multiplicarse y el último en ser advertido por la FA ha sido Alex Ferguson.

La pelota -no la de playa, la ficticia- está sobre el tejado de la Federación inglesa (FA). A pesar de que a Rafa Benítez el gol no le servía de excusa, para el fútbol inglés si lo debe ser. Como en otras ocasiones, el partido debe ser revisado y esa revisión debería conllevar la repetición del encuentro, además de una sanción ejemplar al lamentable arbitraje de Mike Jones (y sus asistentes). ¡Mejuto, prepárate, tendrás trabajo!