La simbiosis turca
Turquía era una de las selecciones que más esperaba en este torneo y creo que todavía puede ir a más. Aún así, hemos visto la cara más brillante de los otomanos y también sus más negras miserias. Los de Fatih Terim han mostrado en sus dos encuentros una versión completamente diferente en cada una de las partes, pero donde su juego al toque y muy preciso en ataque le han indicado cuál tiene que ser su estilo de juego para el decisivo tercer encuentro ante la República Checa.
Ya avisamos de que la primera jornada contra Portugal iba a ser su principal escollo si quería estar en cuartos. Salió con mucho desparpajo, su ataque funcionaba, incluso mantenía a raya a los cracks portugueses. Todo apuntaba a que, al menos, iba a rascar un punto. Pero a Terim le iba a dar un ataque de entrenador y fue cediendo terreno frente a Portugal, que poco tuvo que hacer mucho para superarles.

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